Y quedaron tantos sueños por cumplir, tantos meses que contar, tantos besos, tantas noches.
Pero aquí sigo, intentando refugiarme en algo que no empiece por R, en algo que no me recuerde a nuestro estúpido diecisiete. Guardando mi alma, hecha pedazos, en botellas de alcohol y haciendo que se esfume en el humo de cada cigarrillo.
¿Y qué tenías? Que te lo llevabas todo y no dejabas nada para mí.
"Todos los diecisiete de mi vida", te prometí. Y un año después sigo cumpliéndolo.
No sé qué más escribir. Que te echo de menos, tal vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario