En mis noches te pienso. Tal vez te pienso más de lo que jamás creí que pensaría a alguien. Pero ahí está, que te pienso. Y no solo en las noches, sino también en cada amanecer, cuando las estrellas se paralizan y cuando se mueven, cuando estoy y cuando no también te pienso. Cuando estoy en clase de francés, los días cuatro te pienso, y oh, cuando estoy en cualquier jodido lugar de este mundo que me hace vivir sin ti. 
Quiero ser todos tus '¡Buenos días, princesa, he soñado toda la noche contigo!', todas tus caricias, todos los besos, esas ganas locas que te tengo yo a ti, quiero ser tus ganas de hacerme el amor, tu motivo para levantarte cada mañana, tus sonrisas a las siete de la mañana un jodido lunes. Quiero ser todos y cada unos de tus 'Baja, que estoy en la puerta', todos esos amaneceres que me quedan por regalarte, si te dejases. 

Que te necesito, joder. Te necesito de nuevo. Necesito tus besos, tus caricias, tus abrazos, tu alegría tus jodidas sonrisas que me hacían creer que el amor servía para algo. Necesito que vuelvas, lo quiero, y lo deseo. Más que a nada en este mundo. Pero a lo mejor puedo vivir con ello.

"Yo nado en mares pequeños, para que todo salga bien, que si son grandes me pierdo
... y luego nunca sé volver."

'Todo lo que piden las princesas de los cuentos'

Supongo que otra vez estoy aquí, desahogándome, como siempre, para que el dolor no se quede tan adentro, ya sabes.
Te dije muchas cosas hace un poco menos de un año, y no mentía cuando decía que quería estar contigo y que ese sentimiento no iba a cambiar en un tiempo. Por mi parte no ha cambiado, y supongo que por eso estoy llorando como una perfecta estúpida delante del ordenador. 
No sé cómo seguir los textos que hablen a cerca de ti, porque la verdad es que siempre se resume a que estoy hasta las trancas por ti, a todas horas, aunque lo oculte, aunque quiera remediarlo o pensar que sigues sin merecerte nada que tenga que ver conmigo.
Aunque todo esto supongo que son solo cosas que suenan a triste, cosas que suenan a olvidar, ¿no?
¿Para qué mentirte? Me marcaste y ahora estoy hasta las trancas por ti. Si tú me dices ven, sabes que lo dejo todo. Ojalá lo controlase y no fuese así, ojalá sólo pudiésemos ser amigos sin que te mirase con esa carita cada vez que te veo, o sin que me quedase tonta y embobada mirándote, o sin que se me acelerase la respiración cuando me hablas cerca.
Eres genial, enserio. Cuando me dices que fui la última chica por la que sentiste algo, no sé qué pensar. Me gustaría pensar que sigue habiendo algo, se puede vivir de ilusiones, ¿no? Me gustaría pensar que hay oportunidades en el aire, que la vida te volverá a traer a mí, que seguirás siendo el que quiero.

Te necesito, pero puedo vivir con ello. 

¿Y qué decirte? Si es que te pedí que siguieses siendo lo que quiero, y nunca vas a dejar de serlo.

Sabía que la amargura no podía ser eterna. Los fechas no duran eternamente, los besos se consumen con los recuerdos, y las lágrimas se secan. La vida pasa, encuentras a otras personas. Creas fechas con ellas inolvidables, lo tienes todo con ellas. No es dificil vivir bien si le tienes a él, no es difícil perderle, no es difícil cagarla en cada palabra... pero tú le quieres, él te quiere, y siempre eso está por encima de todo.
A veces te das cuenta de que lo que necesitabas estaba delante tuya, contigo en el instituto, hablándote cada día... sólo tienes que abrir los ojos y decir "sí" a la buena vida, junto a él.
<22163
Llega un momento en el que te pierdes. Te pierdes y no te encuentras, pero tú sigues buscando. No sabes qué hacer, qué elegir, o cómo actuar. El momento en el que te pierdes y dejas de saber dónde estás, y a dónde vas. Sientes que te has perdido en un desierto y cualquier salida son sólo espejismos. Quieres hacer algo. Intentas salir, intentas correr, gritar, arañar, suplicar, lo intentas todo. Todo menos lo correcto, piensas. Sólo puedes seguir andando, esperar algo que tal vez no llega. Sabes lo que necesitas, pero no, tú sigues haciéndote daño con un diecisiete que ya no merece la pena. Con promesas que no se cumpliran, con personas que duelen, con puñaladas que dejan herida, con momentos que te arañan el corazón hasta sangrar. Pero intentas ser fuerte, o al menos parecerlo. No mostrar que eres débil, muy débil. Crear escudos sin importancia que un día sabes que se romperán, intentar parecer inmune, reír cuando por dentro lloras.
¿Y qué más dará? Si eres la última mierda del planeta y nadie se va a preocupar por salvarte de nada, ni de desiertos, nadie se va a preocupar por estar ahí para ser tu hombro en el que llorar. Ya no hay abrazos, ni besos, ni momentos, ni personas que estén ahí. Ahora están todos fuera, y eres tú la que tiene que salir adelante sola.
Y sé que lo conseguirás.
Y ahora a hacer que después de cuatro meses ya no duele.

Cuatro.


"Verás, a mí lo que me va es contarte primero que yo soy todo lo que piden las princesas que yo quiero."


Hoy no sé qué hago escribiéndote esto porque sé que jamás lo leerás. O sí. No sé. Tal vez algún día te dé por pasarte por mi blog, aunque sea poco probable. Pero lo que pasa es que ya hace mucho que yo te echo de menos. He intentado buscar explicaciones, he intentado ocultarlo, pensar que tú no te mereces esto, y hasta incluso he intentado creer que era mentira. Y ahora sólo vengo aquí para que el dolor no se me quede tan adentro, porque sabes que yo nunca he sido -ni seré- alguien que tiene las ideas claras y sin cacaos de mentales. 
La verdad es que sigo sin saber por qué me pongo a escribir a las tres de la madrugada mientras escucho 'cosas que suenan a'. Qué hago escribiéndote cómo me siento, si a lo mejor tú ni siquiera lo leas. Pero sigo escribiendo. Igual que cuando te escribí aquel texto a cerca de por qué quería estar contigo. 
Decirte sinceramente que lo siento por todo. Dices que soy la persona que te ha hecho madurar, y que me lo agradeces. Pero "madurar", significa sufrir. Y no sé por qué me comporté así durante esos dos meses... tal vez tengáis todos razón, tal vez sólo sea una niñata que no sabe lo que quiere, y es que cada vez lo veo más claro. Y lo vuelvo a sentir.
Después de disculparme me gustaría agradecerte todo. Durante dos meses me trataste mejor que nadie, me enamoraste, justo después de enamorarte tú. Me decías que te encantaba, me hacías soñar, me hacías reír, me ponías celosa y yo disfrutaba viéndote celoso. Me llenaste de palabras bonitas, me llamabas 'princesa', e incluso me dedicaste una canción. ¿Qué más podía pedir? Un novio perfecto. Eso tenía. Pero no supe colgarme en tu vuelo para pedirte desde ahí que siguieses siendo lo que quería. La cagué. Te destruí por dentro. Destruí al mejor chico que jamás tendré. Y todo por una rana. Y ahora no sé cómo hacer que vuelvas, tal vez no para mí, pero que vuelvas para alguna chica que de verdad te merezca. Porque yo no sabré cuáles son tus sentimientos, pero estos son los míos, tan liosos como siempre.


Y ya no seremos nunca extraños, y ya no seré quien siempre te lo dice.
Pero, tal vez, algún día de estos... tenga otra oportunidad para colgarme en tu vuelo y pedirte desde ahí que sigas siendo lo que quiero.

Verte y asdf.


Estoy más que segura de que entre el chirrdo de la gran ciudad yo sabría perfectamente reconocer tu voz, que entre mil olores y sabores acertaría exacta cuáles son los que te pertenecen, que entre más de diecisiete tablas yo sabría con exactitud cuál es el golpeteo de la tuya, que entre todo Alicante, yo te diría exactamente en qué lugares nos hemos besado. Apostaría el cuello a que no olvidaré todos los besos, te juraría eternamente amor, escribiría nuestra historia, con varias sonrisas incontenibles. Me enredaría en tu pelo, aparecería en tus sueños, y por la mañana me tendrías entre tus sábanas con un beso sabor "buenos días, amor mío". Haría cualquier cosa por ver tu sonrisa, y que se contagiase a la mía. Sería capaz de pintar diecisietes por todo Alicante, siempre y cuando sepa que hay posibilidades de que algún día los vieses. Tatuaría un diecisiete en tu corazón si hiciese falta, sólo para que el mío no se sintiese solo. Me liaría entre tus sábanas para que por las noches sintieses mi olor. Te demostraría lo mucho que te quiero, si fuese posible. Pero como no lo es, aquí estoy, otro día más escribiéndole a un blog que no me va a leer nadie (y con nadie me quiero referir a ti). Otro día más recordando aquellos besos que pudieron ser mejor de los que fueron, recordando aquella noche donde ni siquiera mi vida me importaba, llorando porque no volverás, y porque yo la que te esperará eternamente.

"Recuérdalo siempre: todos los diecisietes de mi vida."

"Si hubiese sabido que ese era nuestro último beso, aún seguiría besándote."

Hoy dieciséis, mañana diecisiete.

En cosa de veinticuatro horas será día diecisiete, nuestro mi preciado diecisiete. Pero las cosas seguirán sin haber cambiado. Yo seguiré siendo esa perfecta estúpida que te llora por las esquinas y que se niega en rotundo a olvidarte. Y tú seguirás siendo el chico que me enamoró un día diecisiete. Me seguirán sobrando las ganas de verte, seguirán desbordando tus recuerdos en mi mente y me seguirán faltando promesas. Mis ojos van a seguir iluminándose al ver un diecisiete, y mis oídos pitarán si escuchan tu nombre. Seguiremos siendo esos perfectos desconocidos que hemos conseguido ser.
Y yo seguiré llenando las botellas con palabras que algún día intentaré olvidar tirándolas al mar, seguiré escribiendo palabras en los cigarrillos para fumármelas con tu recuerdo, seguiré intentando buscarte en cada lugar, seguiré pensándote veinticinco horas al día. Y tú seguirás sin entender ni compartir lo que siento por ti.
Es que, ya qué importa. Supongo que estas palabras mañana sólo serán eso, simples palabras que carecen de sentido para ti, al igual que yo. 
Creo que, a estas alturas, tendría que aceptar que el juego ya ha acabado y no seguir jugando por los dos. Tendría que aceptar muchas cosas, y pasar ciertas páginas del libro o quemarlas.

Un año y dos meses. Cuatro meses. Felicidades, supongo.

"Y me conformaré pensando que miramos la misma luna."

"Ya no sé si mi vida huele a ti o qué."

Mi almohada huele a lágrimas, mi cama ya no tiene ese sabor tan dulce desde que te fuiste y mi labios ahora ya no saben a lo que te gustaba a ti. Mis ojos no te ven despertar, mis manos no acarician tu cuerpo, y mis dedos no se enredan en tu pelo. Ahora las palomitas me las como solas, y las películas las elijo yo. Mis días no transcurren al rededor de si hoy te veré o no, mis horas se hacen largas sin ti, pero ya qué me importa. Mis ojos ya no te necesitan, y cuando te ven, el mundo se me ca encima. Mis besos en tu cuello ya no son besos, sólo recuerdos, y todas las caricias sólo se quedan en eso, caricias. Mi noche, nuestra noche. Mi ruptura, nuestra ruptura.
En la oscuridad te pienso. La verdad es que pienso mucho en ti, a veces más que en mí. Pero, ¿ahora qué más da? Esto son sólo palabras que jamás nadie leerá. Palabras que, una vez más, sólo saben hablar de ti, de ojos azules, de diecisietes de mayo y de skaters que me prometieron amor eterno.
De nuevo, me fumé los besos en tan sólo tres caladas, me bebí todos todos momentos y me sobró más de media botella de vozka, me drogué con tus promesas, y me fumé varios porros para olvidar que, una vez, hace mucho tiempo, fuiste mío.


"Y ya ves, ahora nos podrían etiquetar de perfectos desconocidos... y ninguno de nosotros se quejaría."

04.

Que yo soy todo lo que piden las princesas que yo quiero de los cuentos.

"Verás, a mí lo que me va es colgarme en tu vuelo... para pedirte desde ahí que sigas siendo lo que quiero."

"Todos los 13, ahora me recuerdan a ti."

No sé a qué juego. Ni siquiera sé qué hago escribiéndote esto, pero es que hoy me ha apetecido escribir lo que aún no está escrito. ¿Y qué es lo que no está escrito?, te preguntarás. Pues supongo que nuestra historia, o puede que lo que siento, o tal vez el sabor de los besos. Pero ya creo que te va a dar igual, pues esto ya está hecho. Ya está empezado, ya no se cerrará nunca.
Y recuerdo la primera vez que te vi cuando realmente me puse celosa de ti porque cierta ex mía te regaló un dibujo exactamente el día que ella y yo decidimos tener algo más, pero eso ya son otros cuentos para no dormiry jamás llegaría a pensar que esto iba a ser nuestro. Supongo que es difícil explicarlo todo con simples palabras, sabes que eres demasiado ya, y que si no sé cómo cortar esto es porque no lo quiero cortar.


¿Sabes?, todo está en nuestras manos. Nuestro futuro, nuestros besos, los sentimientos, e incluso el lápiz con el que decidí redactar la primera palabra de nuestra historia. 


Soy una cabecita loca, y lo sabes, y lo sé. Y lo único que hago es marearte, marearte sin quererlo... hasta el día que digas basta. Y yo ya he tirado demasiadas toallas a la basura, y tú al parecer has tirado más que yo. Pero, ¿qué más da? Yo hoy venía a decirte que te quiero, y a pedirte que vayas donde vayas, yo estaré echándote de menos, aunque tú no lo creas.

Y ya sabes eso que digo, que ni como ni dejo comer.


Pd. Te echaré de menos, pequeña. ♥

Bli,bli,bli.17

Sé que puede que no sea el momento, ni el lugar, tal vez ni siquiera sea el destinatario correspondiente, pero ya me da absolutamente igual si sé escribir cosas que me hablen de ti.
A estas alturas ya sé que ni vas a volver ni te besaré de nuevo alguna vez. Ya sólo me quedan los recuerdos, que por más que quiera no los olvido, los besos que pudieron ser más de lo que fueron y mi cama, que se queda grande sin tu olor.
Y siento que todo es caer y recaer en esta mierda que me hunde. Y no consigo olvidarte ni siquiera un poquito. Y no consigo encontrar a alguien para mí porque hace ya tiempo que dejé de creer en que querría a alguien que no fueses tú. Y ya esto se me hace grande. Y ya estoy harta de quererte. Muy harta.

"Ojalá pudiese odiarte. Ojalá fuera más fácil olvidarte."

Anoche

"Mientras miraba el techo desde mi cama, lo único que hacía era pensar en ti, mejor dicho en mí... en realidad pensaba en nosotros. Pero ese no es el caso, el caso es que cada noche sudece lo mismo, es automático, antes de cerrar los ojos mi mente viaja por miles de lugares que pasé a tu lado, y en miles de lugares más donde quisiera haber estado junto a ti. Es como introducirme en un mundo surreal donde la imaginación se apodera de mi realidad en cuestión de segundos."

Aquellavez.tumblr

Ble,ble,ble.17

Me llegué a inventar tu nombre, justo después de acostarme en tu espalda. Me drogué con todas tus promesas, me fumé tus besos y me bebí todas los momentos que encontré. Me perdí en tu mirada, y me refugié en tus brazos. Me escribiste un diecisiete en el corazón. Me enamoré de ti.
Te dije tanto. Te di tantas cosas. Te besé más veces de las que merecías. Te hubiese dado el cielo si me lo hubieses pedido. Te quise tanto -y lo sigo haciendo-. Te dejé enamorarme. Te cogí la mano pensando que nunca me soltarías... pero me soltaste.

Correr.

Nos pasamos la vida corriendo. Corriendo para coger el bus, para acabar ese trabajo de historia tan jodido, para no llegar tarde a clase, porque nos persiguen para mojarnos con globos de agua... Pero, aquel día, yo corría para otra cosa, corría para que el tiempo no me cogiese a mí. Aunque no sirvió de nada, acabó atrapándome y desgarrándome sin piedad. Me apretó, me estrujó, me hizo añicos. Y aún tuve que sobrevivir como mejor pude, pues si yo no sobrevivía, nadie iba a hacerlo por mí. Tuve que aprender que a veces hay que dejarse la piel en el intento, que a veces una retirada a tiempo puede ser una gran victoria. Que los tacones a las cuatro de la mañana en una fiesta ya no están en los pies, que los mejores besos se dan a escondidas, que los malos son muy malos y los buenos no son tan buenos. Que hay personas que es mejor que no vuelvan y hay algunos que nunca debieron irse. Tuve que aprender que para aprender primero hay que empezar a vivir.
Y ahora creo que es hora de seguir corriendo...

"Me prometiste un siempre."

Aún recuerdo el dolor. La leve rotura del corazón. Aquel mar que creé tan sólo para bañarme en el olvido. Los sentimientos jodidos a pedradas. Aquellas lágrimas. Aquel alcohol y los incontables paquetes de cigarrillos. Y ni siquiera eso me ayuda a olvidar. Ya ni siquiera tú me puedes sacar de nada. Ya ni siquiera yo sé dónde estoy, y si existe una salida. 

"Ya no me quiero quedar. Ya no me quiero volver. Sólo quiero estar contigo una vez más."

Bla,bla,bla. 17


Sé que jamás vas a leer esto, pero, a estas alturas… ¿qué más da? Ya no sé escribir cosas que no hablen de ti, ya no sé querer a nadie que no seas tú. Y me dijiste que sería fácil, que seríamos amigos, que seguía habiendo posibilidades. Mentías, una vez más.
¿Y todos esos besos? Se fueron por el retrete cuando tú decidiste tirar de la cadena. ¿Y esos momentos nuestros y sólo nuestros? Ahora los baño en alcohol, al igual que las penas que me dejaste el día que te fuiste. ¿Y todos aquellos sueños? Ayer, justo ayer, me los fumé. ¿Y dónde queda el amor? El tuyo se perdió hace tiempo, el mío aún vaguea por mis entrañas. 
Y, después de fumar, después de beber, de besar otros labios que no fuesen los tuyos, de llorar, de echarte de menos, de tragarme tus mentiras,  de tragarme tu rencor, de echarte de menos, después de todo… aún sigo aquí, queriéndote. 
Pero, algún día, te veré y no me dará vuelcos el corazón. Algún día, me darás igual. Algún día, ya no recordaré tu manera de besar o tu forma de actuar. Algún día, ya no desearé que me quieras. Algún día, veré un diecisiete y ni pestañearé. Algún día… si eso.
Mientras tanto, aquí seguiré, intentando hacerme la dura aunque todos sepan que sólo es una armadura y que las armaduras, inevitablemente… se acaban rompiendo.

Tocayas cumpleañeras.

Realmente no sé qué hago escribiendo esto, pero es tu cumpleaños, y sé que has tenido una mala racha últimamente. Sé que no soy nadie para decirte nada, sé que no sé qué te pasa, sé que tal vez no te importe ni una palabra de lo que esté escribiendo ahora mismo, pero también sé que te lo mereces. No te conozco mucho, es verdad, ni siquiera creo que hayamos hablado más de dos veces, pero me pareces una buena chica, y no quería felicitarte simplemente por un comentario de tuenti, ni siquiera una mención en nuestro querido twitter.
No sé cómo eres, no sé si vienes, si vas, si vuelves o si ya te escapaste hace tiempo de todo. No sé si eres de invierno o de verano, no sé si eres de pepsi o de cocacola, no sé si lo tuyo es el Nesquik o el cola cao, pero me da igual.
MUCHAS FELICIDADES, guapa. Que eres guapa, jodía.


Pd. ASDFG
Pd2. Aunque no nos conozcamos, no hace falta decirte que si necesitas cualquier cosa, ya sabes.

:3
Algún sonido de ruedas, más de una canción, mi cocina, nuestro número, fotos, el parque, y muchos recuerdos. Todo acaba acumulándose siempre ahí, ¿no es así? En los recuerdos. El dolor está, y los recuerdos lo acompañan. Y va a ser así siempre.
Que tal vez debería replantearme muchas cosas, pero ahora sólo puedo pensar en ti, en el mal sabor de boca que me ha dejado esto, en que hubiese querido otro final, dentro de mucho tiempo. 
Te dije que no iba a soportar otra ruptura... y no la estoy soportando.

Perdida.

Eras mi pasaporte hacia la felicidad, mi sonrisa de cada día, todos y cada uno de mis te quieros. Eras el pilar de mi vida, lo único que me hacía creer que hay salida. Eras la persona que me iba a sacar de toda esta mierda. Pero en lugar de sacarme del agujero me has metido más en él, y ya no me queda nada. 

Y quedaron tantos sueños por cumplir, tantos meses que contar, tantos besos, tantas noches. 
Pero aquí sigo, intentando refugiarme en algo que no empiece por R, en algo que no me recuerde a nuestro estúpido diecisiete. Guardando mi alma, hecha pedazos, en botellas de alcohol y haciendo que se esfume en el humo de cada cigarrillo.

¿Y qué tenías? Que te lo llevabas todo y no dejabas nada para mí.

"Todos los diecisiete de mi vida", te prometí. Y un año después sigo cumpliéndolo.

No sé qué más escribir. Que te echo de menos, tal vez.

Que ya no estarás para mí como yo quiero que estés, pero que yo seguiré como una tonta esperando.

Tú, y sólo tú.

Y me siento ida, cuando vienes y vas.
Envuelvo los recuerdos en humo, y baño las penas en alcohol.
No sé si volverás, o qué. Sólo sé lo que quiero que pase, y sé que quiero que sea contigo.
Los días siguen pasando, y cada diecisiete que veo se me clava en el alma. 
Me encierro en mi habitación, en mí misma, en lo más profundo de mi alma. 
Y aquí seguiré, intentando hacerme creer que yo soy más fuerte que toda esta mierda, por mucho que sepa que no es así.
Y aquí seguirás tú, en mi recuerdo, y sabiendo que cada vez que te vea el corazón me dará varios vuelcos.
"He vivido amores y desilusiones como le he hecho a todo el mundo... pero contigo no entiendo qué me pasó."

Cada veintidós.

Tal vez algún día me canse de escribir a cerca de lo que fuimos, tal vez algún día me canse de recordarte cada vez que veo algún veintidós escrito por cualquier sitio, tal vez algún día quiera olvidar que una vez, hace tiempo, dormimos juntas. Tal vez cualquier día de estos me decida por fin a dejar de mirar aquellas fotos, que no son pocas, y también puede que algún día me apetezca por fin borrar el recuerdo de aquellos besos. 
A lo mejor algún día dejo de cantar aquella canción, o hasta incluso puede que te la vuelva a cantar a ti. 
Tal vez te eche de menos, ¿y qué más da? Tal vez eche de menos tus textos, y esas cosas que te hacían ser especial para mí. Tal vez eche de menos la sensación de ser especial para alguien, para ti, la sensación de querer verte todos los días, y la sensación de sentirme querida. 
Tal vez algún día de estos vuelva para hacerte prometer que ya no te irás, tal vez, dentro de mucho tiempo, vuelva para decirte que te echo de menos.
Que tal vez esté empezando a pensar que sólo fui una más en tu lista, pero estoy segura de que no es así, por lo que lo tacho.
Puede que siempre venga aquí para escribir a cerca de ti, porque cada veintidós, sin venir a cuento ninguno, siento que, tal vez sólo por un instante, vuelvo a quererte. Aunque sepa que tú ni te acuerdes de mí.

Supongo que lo de cada veintidós que pasa, un texto, letras ordenadas de tal manera que tal vez te saquen una sonrisa, nada más. Que los recuerdos ya están archivados, pero para mí jamás borrados.
Y que lo mismo de cada mes, que gracias por todo, y que te quiero.
Ah, y también que recordarte lo que me dijiste al principio de este cuento: "No me olvides."


Enserio, no me olvides.

"Pero eso es cosa tuya, y de lo que quieras decidir. O ver, jodida chica de la sonrisa bonita.
De unos fucking green eyes."

22

Hoy no venía aquí para hablar de principesas. Pero, ¿a quién pretendo engañar? Siempre acabo escribiendo a cerca de lo mismo.
Demasiadas sensaciones juntas en poco tiempo, demasiados errores, pero nunca demasiados besos. 
Fotos que se ahogan entre tanto polvo, recuerdos que intentan bañarse en los mares del olvido, besos que quieren repetirse para intentar ser un poquito mejor de lo que fueron. Princesas que se sienten olvidadas. Camas que se quedan grandes sin ti. 
Y aún guardo espacio en mi móvil para tus mensajes de texto, así como siempre quedará espacio para ti en mi corazón.
No debería estar escribiendo esto, no. No debería, simplemente. Pero aquí me hallo, que ahora a la que se le caen las sílabas por la boca es a mí, y ahora soy yo la que no puede formar cosas bonitas que me sepan hablar de ti, de mí, y de lo que fuimos.
Un bonito recuerdo. El mejor de los últimos meses del año.
Sigo esperando aquel café de desayuno, y despertarme una vez más entre tus brazos. 

En fin, principesa. Que hoy es veintidós y es el aniversario del día que nos conocimos. Cuatro meses. Cuatro meses hace que te besé, cuatro meses hace que me besaste. Cuatro meses hace que te conozco, y las sonrisas que me has sacado en ese tiempo son incontables.
Al fin y al cabo, gracias por todo. 
Te quiero. Hoy y siempre.

Amargura de vida.

Que si problemas con el dinero, que si problemas con el dinero, que si problemas con el dinero. Y siempre ha sido así, desde hace más de seis meses cuando él se fue de casa.
Desde entonces es todo que si falta de esto, que si no hay de esto, que si hace falta comprar esto, pero no hay dinero. Y, claro, a todo tiene que estar informado de pe a pa el hombre este.
Qué asquedada estoy de todo, por Dios.
De mi vida, de mi madre, de su novio, de las gilipolleces de mi madre, y de ser la última mierda para ella.

Estúpida vida.

Tantas cosas que realmente te hacen cuestionarte por qué cojones no estás viviendo la vida a tope. Gente que viene, y gente que se va. Lágrimas, y más lágrimas. Muertes, mudanzas, nuevas vidas lejos de donde estás ahora mismo. 
Que la estúpida vida te arranque de mis brazos, aún sin yo saberlo. Que la estúpida vida me obligue a decirte adiós, aunque de mi boca sólo salga un "Hasta luego, querido amigo". Que jodida es la vida, que haga que llore al ver que en prácticamente una semana no estarás ahí para abrazarte, ni para tocar tu pelo. Joder.


Amigo mío, un gran amigo. En esta vida hay cosas que faltan, cosas que sobran. Pero, créeme, que un te quiero nunca está de más.
Te quiero, mucho, muchísimo.

Mía.

El doloroso recuerdo de aquellos días que pasé sola, cuando no había nadie a mi lado. Aquellos días en los que comer pasó a ser una necesidad no tan básica. Aquellos sentimientos que tenía. El por qué, y el "¿Y por qué no?" 
Querer hacer de mí algo bonito a simple vista. Un cuerpo bonito, un pelo bonito, una sonrisa bonita, y poco más. Buscar la perfección, aún sabiendo que no puedo alcanzarla, ni siquiera rozarla. Pues la perfección es algo tan difícil como imposible. 
Era a veces satisfactorio, a veces doloroso, a veces rutina, y otras, en cambio, no era nada. 

Últimamente siento que vuelves, y la verdad es que no me importa. Tal vez, Mía, es lo que debas hacer.

Cada día me encantas más.

Tal vez no sea el momento, no sé, tal vez tampoco sea la forma adecuada. Es posible que no sean las palabras más exactas, pero tampoco las palabras equivocadas. Quién sabe, pueden pasar muchas cosas, pueden ser tantas cosas. Pero el único que ha sido tanto en tan poco tiempo eres tú. Porque estoy segura que no sabré describir lo que siento ni hoy ni nunca, pero no me hace falta, porque yo sé que tú también sientes lo mismo. Que sé que tú también desearás que llegue ya ese despertar a tu lado que tanto ansío, esos besos que aún nos quedan, acompañados de momentos bonitos junto a ti. Contaremos las semanas como si fuesen días, viviremos mil cosas juntos, y harás que cada día me levante con un motivo para sonreír. 
Hace unas horas a penas me hablabas de lo que te preocupaba, y yo no sabía qué responderte. Pero es que no sabía qué decirte. Todo estaba mal, y de repente apareces tú de la nada. Y me lo cambias todo en dos días. Sé que a veces puedo parecer demasiado insegura, y la verdad es que realmente lo soy. Pero hoy por hoy una de las pocas cosas que tengo claras es que quiero estar contigo. Y, créeme, eso no va a cambiar en mucho tiempo. 
Que ya he visto demasiadas veces como las puertas del amor se cerraban en mis narices, que ya han sido muchas toallas tiradas a la basura, empapadas de lágrimas que lloré pensando en alguien que no lo merecía. Que ya he desperdiciado el suficiente tiempo con amores e historias demasiado estúpidas. Que ya no será así nunca más, porque tú estarás a mi lado. 
Y, joder, tanto texto para decirte que te quiero.
Pd. Y me seguirás preguntando si quiero estar contigo.

Once.

Tal día como este, de hace nada más y nada menos que nueve meses alguien me agregó. Alguien con quién empecé a hablar, y alguien que no sabía que sería tan importante. Alguien genial que niega serlo.
Han sido nueve meses relativamente buenos. No voy a hablar de todas aquellas peleas en las que ambas nos desvivíamos por hacerlo bien, y volver a ser lo que éramos. Como tú dices, es un enorme círculo sin salida. En el que tú sales más afectada que yo. En el que nos queremos, en el que las peleas son el pan de cada día. Pero para mí cada una de las peleas refuerzan el amor que nos tenemos. 
Porque, sinceramente, no creo que vuelva a ser algo bueno si tú no estás a mi lado, ni siquiera creo que quiera volver a ser algo si tú no estás conmigo. 
Son tantas canciones que me recuerdan a ti, y no sólo nuestras dos canciones. Son todas esas cosas que no hace falta que nadie sepa porque ya las sabemos nosotras, y no hace falta que las sepa nadie más. Es una gran amistad cargada de amor homosexual, con celos a parte. 
Nunca podré agradecerte que me hayas hecho ser como soy, porque sin ti nada de esto hubiese sido posible. Porque te quiero. Porque me he comportado mal contigo, y tú sigues ahí día y noche. Porque no es fácil enamorarse, y tampoco es fácil soportarme. Porque te vuelvo a querer. Y porque jamás habrá nadie como tú.
Hoy, nueve meses después, te doy gracias por aparecer en mi vida.
Y felices dos meses, novia de verdá' mentira. 

Ah, recuerda, princesa: Que no hay una Romea sin una Julieta, y que una Julieta no puede ser sin su Romea.

4-3, 3-4.

"A veces tienes que tropezar constantemente y pedir disculpas a todas horas. A veces tienes que enamorarte para saber lo que realmente significa el amor. A veces tienes que dejar marchar a aquellas personas por su bien. A veces tienes que echarlas de menos. A veces... a veces tienes que saber cuándo es el momento oportuno para decir adiós. 
Me asusta que ese momento llegue."
                                                            -Juliet.
 ¿Y si no estás tú, con quién engordaré yo a perros?