Defectos de una persona.

Se ve gorda, aunque sabe que no lo está, al menos no tanto como otras personas... Odia sentarse porque se le marca la barriga, y sus enormes muslos. Constantemente se tumba, pues dice que así parece más delgada. No vomita, no. Eso para ella son auténticas estupideces. No para de comer, no. Pues alimentarse es fundamental para ella. Pero algo que sí que hace, es intentarlo. Intentar parar de comer, o al menos sólo comer lo justo...
Se lo comenta a la gente importante para ella, y, todos le responden cosas como que es tonta, pero ella sabe que de tonta no tiene ni un pelo. 
Complejos, complejos, y más complejos. 
Odia su nariz, sus dientes, y sus cejas. Sus pechos pequeños, su vientre que igualado a éstos, y sus muslos gigantescos. 
Es cobarde como ella sola, extremadamente vaga, y la cerebrito de la clase(¿eso es malo?). Se ríe en los peores momentos, pues es tan inoportuna. Débil, muy débil. Y no se siente capacitada para el amor. ¿Miedo al compromiso? Poco, pero sí. Aunque se enchocha enseguida de cualquiera, sea mujer u hombre. Pues a ella le da igual, y eso no es -ni nunca será- un defecto.
Se considera la persona más estúpida del mundo, hace cosas ilógicas y no tiene mucho ego, de hecho no tiene prácticamente nada.
Ella tiene muchos más defectos. Pero hoy no los sabréis. 
Y, aún así después de tener miles de defectos, no entiende por qué es amada. No es perfecta -sí, sí, lo sé, nadie lo es-, pero ella sigue sin entenderlo. 

skttt,

Iría a donde me dijeses, cuando me dijeses, y ninguna razón sería necesaria para hacerme ir. Sólo pongo una única condición: ir contigo. 
Porque, si es contigo, sé que todo saldrá bien.


"Recuerda: te quiero."

Lluvia, truenos.

Y allí estaba ella, al lado de su ventana, viendo las gotas de lluvia en su viaje hacia el suelo. Una tras otra, eran libres. Ella de vez en cuando estiraba su brazo, provocando así que todas esas gotas se extraviasen en ella, y no en el suelo como debía ser. Y continuaba mirando todas esas gotas caer desde el cielo. Se preguntaba cuánto tardaría en llegar el invierno, lo añoraba tanto. Pues los días nublados, las sudaderas, y el frío formaban parte de ella, la parte más importante. Al igual que también él formaba parte de ella. Pues él era todo. Él era aquel mundo que ella quería conocer, cuando y dónde fuese. Él era deseo, y pasión. Él era la luz de la vela que ella sostenía en su mano, a punto de derretirse por completo. Él era la R de romance. Ella no era nada, o al menos eso creía. Ella sólo pasaba sus días pensando en él, y en su pequeña historia, que sin duda repetiría, únicamente cambiando el final. Cambiaría un ''FIN'' por un ''CONTINUARÁ'' pero las cosas no podían ser. Pues ella había vivido la cara bonita del amor, y ahora vivía la cara dolorosa de éste. Ella no era una chica que dijera ''enamorarse'' a la ligera... pero cuando pensaba en él lo decía, pues la verdad es que sí que lo estaba, y, por una vez, no tenía miedo a gritárselo al estúpido mundo en el que vivía. 
Pensando en todos aquellos besos, aquellas risas, y en lo impredecible que era él, ella soltaba lágrimas vacías al pensar que él no volvería. Pero consiguió armarse de valor, aunque no sabe cómo. Y escribió en su ordenador ''Hola, quería decirte que en estos meses sólo he sido una estúpida que no ha conseguido olvidarte, que ni siquiera lo ha intentado, y que, hoy, se vuelve a disculpar por todo el daño que te he hecho. Lo siento. Te quiero.'' y, sin ni siquiera dudar, se lo envió a él. 
Tal vez fue una estúpida, como dice que es, pero debía hacerlo. Pues él dijo que aún sentía algo por ella, y ella sólo quería dejar de torturarse, y descubrir la verdad.

-Algún día -pensó-, algún día volverá a ser mío, aunque sea en sueños, y ese día, no lo soltaré nunca más.

Romea y Julieta

¿Romea y Julieta se fueron? No, yo creo que no. Al menos la mitad del equipo permanece, esperando algo que tampoco llegará nunca, pues lo que Julieta siente, no es tanto como lo que siente –o sentía- Romea. Romea mataría por Julieta, sería capaz de hacer la profecía realidad, y trepar hasta los balcones que fuesen necesarios para rescatar a Julieta, y prometerle amor eterno. O incluso Romea haría mucho más que eso por Julieta… Pues Romea dijo que su amor llegaba hasta límites tan insospechados, que ni siquiera los auténticos Romeo y Julieta llegarían a imaginar. Y yo la creo. Pues no puedo hacer otra cosa, al menos no después de todo lo que ha pasado entre Romea, y Julieta. He visto a Romea sufrir, y he sufrido con Julieta. Ninguna de las dos tiene culpa de nada. Pero, claro, ambas saben que por mucho que Romea suplicase, y suplicase, y prometiese amor eterno, Julieta lo cogería, y lo desgarraría como ya hizo anteriormente con ese amor… y después se iría a buscar otros personajes que la hiciesen feliz, aunque supiese la felicidad que dejó pasar. Aunque, bueno, tal vez Julieta deba madurar en esta relación, pero, es que, ¿qué relación? Jamás hubo nada entre ellas, tan sólo una amistad cargada de amor heterosexual que nunca llegaría a ser real. Y Julieta, aquella insensible y tan solicitada adolescente, quiere pedirle las disculpas a Romea que se merece, ojalá nunca la hubiese tratado así, y hubiese aceptado ese amor desde el momento en el que Romea se declaró. Ojalá no hubiese sido tan estúpida, y hubiese tenido compasión por Romea. Julieta se siente mal, y pide a Romea disculpas por todo el mal que le haya podido causar, pues ella no lo pretendía, pero así fue. Julieta quiere a Romea, pero, claro, no de aquella forma, y eso a Romea le duele. Julieta siente eso también. Julieta se disculpa humildemente, esperando así una contestación con una sonrisa de Romea, que sean como siempre, pues Julieta piensa que las cosas buenas como esas, no deberían cambiar nunca. Julieta lamenta haber sido tan egoísta, tan estúpida, tan diva, tan caprichosa, y tan insensible con vos, oh, Romea. Mi Romea. Aunque digas que no, Romea y Julieta no se acabarán, al menos para mí no, nunca, jamás, y ojalá puedas entender tantas cosas, como yo te entiendo a ti, y a tu sentimiento de que es hora de cambiar un poco, los cambios no son malos. Pero, no deben cambiar a mal, y yo sé que tú, no vas a cambiar a mal.

Julieta lo vuelve a sentir. Lo siento.

Sé feliz, ¿vale? Te quiero.

No sólo un simple diecisiete.

Tendré que soportarlo, ¿no? Pero para mí no es sólo otro número más, no... para mí es más que eso. Es aquella sonrisa que sacaba cuando le veía, es el dolor que sentía cuando él caía del monopatín, es dulzura, es un ''para siempre'' pintado en mí con un pincel, es arrepentimiento, es un futuro que no quiero empezar a construir sin él, son baches que superaremos juntos... son tantas cosas, bonitas o no. Pero son demasiadas para olvidar. 
Sigo sintiéndome tan mal después de todo lo que ha pasado, pero este sentimiento -me guste a mí o no- es realmente sincero, y tal vez no debería serlo, o tal vez debería olvidarme de él un poco, pues no creo que me perdone, y, si lo hace, seguramente será por pura pena. Si él estuviese en mi cuerpo, durante un par de días, vería el sentimiento que tengo de zorra al levantarme cada mañana, al pensar en él, y en lo que pudo ser y no fue por mi estúpida estupidez. 


Se da cuenta, ¿no? Le amo. Y eso, para mí, son palabras mayores. 


"He's just a boy, and I'm just a girl. 
Can I make it anymore obvious?"
-Vete con ella, ¿no? 
-Es que ella no me gusta...
-¿Por qué?
-Porque ella no es tú. 

Miedos.

En fin, estoy sola. Sola en esto, como nunca antes lo estuve.
¿Cómo podré cambiar? ¿Cómo conseguirlo? ¿Cómo superar estos estúpidos miedos al puto compromiso? Sólo yo tengo respuesta a las preguntas anteriores, y a muchas más que se me presentarán en un futuro, cuando me decida a intentarlo. 
Pero, por ahora, tal vez deba olvidarme del amor, total, siempre salgo malparada yo, y mi pareja. Tal vez no esté hecha para esto... no es nada malo, ¿no? O al menos intento auto convencerme de que no lo es, pues duele. 


Tendré lo que yo quería, mi "temporada", ¿no? Sí, sé que va a ser lo mejor. 

Te quiero, E.

¿Sabes?, dicen que cuando quieres a alguien el tiempo corre más rápido cuando estás con ella, y más lento cuando se va. Y es cierto. 
He podido comprobar hoy tantas cosas... como que tus besos me saben mejor que los de nadie. Como que a pesar de estar rebosada en arena te abrazaría para no soltarte nunca. Y como muchas más que podrás llegarte a imaginar, porque también las sentirás. 
Aunque, bueno, tal vez no sientas todo esto, no es nada fuerte, yo más bien diría especial. Especial como un amanecer, o como aquella estrella tan preciosa que te guía con su fuerte luz. 
Porque un día, hace varias semanas, dije "Quiero abrazarla, tocarla, acariciarla, besarla...'' como si fuese un sueño muy especial para mí. Y, hoy, tras cumplirse, me siento la adolescente más feliz de este estúpido mundo en el que vivimos. 
Y sólo quería darte las gracias por estos momentos que he pasado hoy. Por sonreír, y que mientras lo haces se ilumine mi mirada. Por decirme lo guapa que soy con esa voz tan dulce. Por besarme, e incluso por morderme. Por sentir lo que sientes, y por quererme aunque sólo sea un poquito. 
Eres jodidamente perfecta.

Te quiero, gorgeous. 


Así que, sonríe.

A ver, no soy experta en esto, pero creo que las cosas hechas con una sonrisa, aunque sea a regañadientes, siempre salen mejor. 


Falsas ilusiones.

A pesar de todos y cada uno de los esfuerzos que haga, no habrá ningún castillo, ni ninguna hermosa princesa esperándome en él. 

Todo se acaba.

Las cerillas se consumen, y las velas se derriten.

He's a skater boy.

Sigo pensando que la vida sigue teniendo algo grande preparado para mí, aunque... tal vez, y sólo tal vez, ya esté aquí, tal vez me esté enamorando.

E.

¿Y si tan sólo es otro capricho más? Pero es que no siento que lo sea... ¿y si sigo teniendo mi miedo al compromiso? ¿O, y si, por el contrario, ella me ayudase a superarlo todo y ser feliz a su lado? ¿Y si ella me llevase hasta las estrellas con un beso? O, dios, son tantos ''¿y si...?'' y tantas inseguridades. Pero, por otro lado, sólo me apetece una cosa en este momento... besarla. Eso debe decir mucho, ¿no?


"Quién no arriesga, no gana. Yo hoy pienso arriesgar, y descubrir.''

Tres días para besarte.

Te estoy echando de menos.
Cada segundo un poco más.

Mi estrella, tan resplandeciente como siempre.

Es estúpido, ¿no? Estar sintiendo esto por una persona a la cual sólo habré visto dos veces. Por la única persona a la que deseo ver ahora más que a nadie. Una persona preciosa, y tan real que es poco creíble. Alguien tan especial, que me hace pulseras, y me llama por motes que me encantan. Una persona que me enamora, y una persona que, al parecer, comparte mis sentimientos. Una persona que está tan lejos desde mi punto de vista, pero al menos se encuentra en Alicante, no puedo pedir más. Una persona a la cual deseo besar cada vez que la veo. 
Si me pidiesen describirla en cinco palabras diría preciosa, preciosa, adorable, preciosa, ah, y preciosa. Aunque ella no me lo reconozca, es una verdad.
Tal vez ella no se llegue a imaginar hasta qué punto amo su bellísima voz (casi tan bella como ella) y su acento que me pega nada más verla. 
Por favor, quiero besarla, ahora. Volver a abrazarla. Volver a verla. Y, cómo no, ver un precioso amanecer a su lado. Ah, ¿qué digo? No pude observar el amanecer, pues su única belleza resplandecía más que cualquier sol, pues, ¿sabéis?, ella es mi estrella, mi linda y preciosa estrella.



E.

¿Y si nos emborrachamos de Duff?


Amarte bien. ♫

Ya he perdido la cuenta, tanto soñarte y pensarte.
Y cuando te das media vuelta, vuelvo a pensarte otra vez.

Un simple ocho sin sentido.

¿Sabes?, no siento nada. Al menos nada respecto a ti. Tan sólo una amistad, nada más. Y me he dado cuenta hoy, cuando te he visto y mi cuerpo no me ha pedido inclinarme para rozar tus labios, ni siquiera se ha inmutado, es más, siento decirlo, pero me he fijado en ti de una forma horrible y algo malvada. La verdad es que creo que sólo se ha quedado en eso, sueños por cumplir, una lista de cosas que jamás se harán, unos cuantos días incesables de besos inacabables, una noche durmiendo juntos, un par de películas y poco más. Lo siento, sé que me quieres, o al menos eso creo. Y que te puedo hacer daño. Pero, ¿sabes?, será lo mejor para todos continuar como amigos, sólo como eso. 


Llamadme insensible, ¿vale?, pero soy demasiado joven para todo esto, es mi época, mi tiempo de vivir la vida y ser completamente libre. No queremos lo mismo, no puedo hacer nada. Le quiero, sí, pero no de la misma forma.


Lo siento una vez más.

Mi ángel.

He creado un ángel verde y gris. 
A veces le hablo bajito por si está.
Le busco por la calle al caminar.

Vivimos engañados.

Sí, leíste bien, vivimos engañados. Engañados por canciones de amor y películas tan bonitas que te hacen conmoverte. ¿De verdad te llegas a creer todo eso? Porque yo, yo soy una ilusa, y sí, me creo que cualquier día vendrá algún príncipe -o princesa, ambas opciones me valen- y me rescatará de esto que es mi mazmorra. No, no, no, no existen. Nadie desayuna con diamantes, ni nadie vive romances inolvidables como el de Romeo y Julieta. Claro, no te lo voy a negar, sería estupendo, ¿no? Pero todo lo bueno se acaba. Y sí, yo también quiero ser Yasmín, y esperar en mi habitación a que el príncipe conquiste mi corazón llevándome en alfombra por encima de la ciudad, o ser la Bella Durmiente, esperando adormecida que venga el príncipe a besarme, y hacerme despertar de mi sueño. Quiero tantas cosas, tantos príncipes, tantos momentos inolvidables que no voy a vivir en la vida, porque, como ya os he dicho, todo lo bueno tarde o temprano se acabará. Y, ahí, empezará a doler de verdad.


"No seáis ilusos, porque yo lo sigo siendo.'' 

16,

¿Tan difícil es olvidar? Me parece que sí.

BRUNO.


Bruno era mi otro yo… la parte de mí que siempre quiso salir, y que nunca pudo dado el hecho de que soy una mujer. Bruno era –y sigue siendo- esa parte de mí que sólo quería jugar al fútbol, o, en estos momentos, patinar. Bruno era la popularidad hecha persona, y la sonrisa más perfecta que nadie haya podido ver. Era amor, y dulzura. Siempre lo imaginé con el pelo color caramelo, liso, y ligeramente largo, sólo lo justo para que le cubriese las orejas. Con una mandíbula preciosa, unos ojos color caramelo, exactamente igual que su pelo, y una sonrisa cautivadora, siempre me ha enamorado. Él era mi tipo de chico, el chico que siempre soñé, y sí, sé que era mi otro yo, pero lo formé a partir de gustos personales. Es fácil de entender, ¿no? Bruno era… precioso, y bisexual – ¡anda, mira! Como yo-. Con sus rasgos tan cautivadores se sentía capaz de enamorar desde cualquier chiquita que se le cruzase en el colegio, hasta el mayor de los adolescentes con algo de pluma. Era genial, y cuando yo lloraba, le sentía al lado, consolándome. Pero nunca me dio la oportunidad de consolarle, pues él nunca lloraba. Era de piedra, nada le afectaba. Bueno, al menos ninguna de las cosas que tanto me afectaban a mí. Oh, siempre he deseado meterme en su piel por un momento. Y, cuando soñaba con él, soñaba que él era mi novio, mi amante, mi prometido, mi marido, el padre de mis hijos… era mi fantasía, y lo amaba. Nunca me ha pedido nada, él nunca me molestó, tan sólo era el tipo de chico con el que soñaba cada noche, y, en cierto modo, mi mejor amigo. Bruno era tan importante para mí en aquellos tiempos, como lo sigue siendo ahora. Hasta me atrevería a decir que ahora es más importante, pues ahora se ha adueñado de mí. Ahora visto como a los dos nos gusta, ahora hago –o al menos intento hacer- lo que a ambos nos gusta, ahora hablo y actúo como a los dos nos encanta ser. Ahora está escribiendo él, y yo, como tonta, sonriendo. Ahora él está a mi lado, acariciándome.
Y, bueno, puede que parezcan tonterías, ¿no? Pero… tal vez soy como soy por Bruno, y él es como es por mí. Tal vez… ahora no soy yo, ahora soy nosotros.


-Hola, ¿Ana, me oyes? Déjame salir.
-Hey, Bruno, ¡tranquilo! Mírate, ya estás fuera.

Sé sincero.

¿Crees de verdad que esto funciona? 

No me cansaré de decirlo.

Soy una persona, que ama a personas.
¿Queda claro?

Hay, ¿vale?

Joder, tan sólo pienso en posibilidades, en que simplemente hay, me da igual cuántas haya, HAY. En que el amor está en el aire.
Pero, que quede claro, eso no es ser optimista, ¿entendido?

No sé.

A veces, tienes que saber diferenciar cosas, cosas tal vez importantes. Como diferenciar amor y amistad, como los sentimientos que sientes, ¿no? Eso es importante, ¿verdad? Y, si es así... ¿cómo hacerlo? Oh, es tan duro, o al menos tiene pinta de serlo.


"¿Qué? No lo sé ni yo. Sí, sí, sí, tranquilos, lo intento averiguar."


PD. Te quiero (o eso creo).

Dicen que...

''El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.''
¿Seré yo diferente?

Duele mucho. Muchísimo.

Recuerdo el día en el que esto pasó de ser una familia, a ser un grupo de personas que viven bajo el mismo techo. Recuerdo la primera discusión, así como la última. Recuerdo cuando aún éramos una familia (desestructurada, sí, pero al fin y al cabo una familia) que al menos cenaba a la hora que tocaba, y no cada uno por su cuenta. Recuerdo momentos felices, todos juntos. Y cuando volví a ver aquella foto de familia, de navidades, la cual estaba enterrada en un cajón, llenándose de polvo, y la cual se pudrirá ahí, porque nadie irá a limpiarla, ni siquiera se acordarán de ella. Recuerdo las palabras exactas que me dijeron cuando me comunicaban que iban a divorciarse, recuerdo incluso cómo dolía, y las palabras de súplica que decía mi padre cuando le entregaron los papeles. Recuerdo los gritos y las peleas, y que, aún así, ella seguía hablando felizmente con su novio, o, supongo que, en esos tiempos, amante. Dios, recuerdo la primera vez que vino él a casa, a ''quedarse a cenar'', y hasta incluso podría dibujaros la cara de asco que le puse, ¿qué quería qué hiciese? No podía hacer otra cosa. Recuerdo tantas cosas que me gustaría olvidar. E incluso recuerdo cada día las ilusiones que tengo de por fin poder aceptar esto, pero, no puedo, es así de triste.



''Siempre serás un padre ejemplar, no lo olvides, por favor.''

No niegues una realidad.

Si alguien te dice que eres preciosa,
es porque lo eres.

Me canso.

Alguien me dijo alguna vez que lo normal cansa, y que lo cotidiano al final se hace pesado.
¿Sabéis?, ese alguien tenía toda la razón del mundo.

Recuerdos dolorosos.

-Bueno, no pasa nada, porque tú me quieres, ¿no? Y estás seguro de ello, ¿verdad?
-Pues, Ana, la verdad es que no.

Hazme un favor.

Sé feliz,
aunque yo no lo sea.

Fea.

Ya tengo algo para recordarte, para recordar el mejor amanecer de mi vida, junto a una noche fantástica a tu lado. Aunque, bueno, dicen que la mente es la cámara más poderosa para capturar momentos importantes, y aunque yo te seguía recordando cada día, he de darte las gracias por esta pulsera que no me voy a quitar en mucho tiempo, y con la cual recordaré todos y cada uno de los minutos que he pasado contigo (y los que nos quedan), todas las risas, los abrazos, y el acento que me pegarás cada vez que nos veamos, que serán muchísimas veces.


PD. Te quiero, eres preciosa, E.

Esto es un grito de socorro:


“Te necesito aquí, a mi lado, haciendo de padre.
Ella no necesita otra cosa, no, no, no, me niego a aceptarlo. No me apetece aceptar que el que está ahora durmiendo con ella no es mi padre, no, joder, me es imposible de entender.
Y lo peor de todo es que no volverás, tengo que aceptarlo, lo sé, pero no es fácil, ¿sabes? Que es posible que no haya valorado lo suficiente todos estos años a tu lado, pero, nunca creí que fuese a ir así de mal.
Te extraño. Te añoro. Te echo de menos, joder.
¿Cuándo decidió que te fueses? No lo entiendo. Problemas, problemas, y más problemas.
Y lo cierto es que, me sentía especial, siempre mis amigas han pasado estos problemas, o al menos la mayoría, y nunca me sentí con fuerzas de superar yo algo semejante, y no me equivoqué. “De esta no salgo.” Pienso cada día al levantarme, pero, es que, es la verdad. Jamás voy a salir de aquí, jamás dejaré de tener la esperanza de que vuelvas, porque, nada es imposible, ¿verdad?
Te necesito, como nunca antes necesité a nadie, protegiéndome, cuidándome, interponiéndote entre cualquier peligro y yo.”



-Por favor –grité-, vuelve.

Estúpidas mariposas.

Basta.

Y así, cada día te extraño un poco más.

Ella me vio llorar un día, y me preguntó qué pasaba, entre lágrimas le pregunté si ese hombre vendría a vivir con nosotras, y me dijo claramente: ''No, Ana, esta casa es de tu hermana, mía y tuya, sólo nuestra.” Le tomé la palabra, y sonreí, creyéndomelo.
Ahora, un mes y poco después, pienso en lo ingenua que fui.

Cuando yo me vaya de casa, ¿me echarán de menos o simplemente me sustituirán?