Mía.

El doloroso recuerdo de aquellos días que pasé sola, cuando no había nadie a mi lado. Aquellos días en los que comer pasó a ser una necesidad no tan básica. Aquellos sentimientos que tenía. El por qué, y el "¿Y por qué no?" 
Querer hacer de mí algo bonito a simple vista. Un cuerpo bonito, un pelo bonito, una sonrisa bonita, y poco más. Buscar la perfección, aún sabiendo que no puedo alcanzarla, ni siquiera rozarla. Pues la perfección es algo tan difícil como imposible. 
Era a veces satisfactorio, a veces doloroso, a veces rutina, y otras, en cambio, no era nada. 

Últimamente siento que vuelves, y la verdad es que no me importa. Tal vez, Mía, es lo que debas hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario