Once.

Tal día como este, de hace nada más y nada menos que nueve meses alguien me agregó. Alguien con quién empecé a hablar, y alguien que no sabía que sería tan importante. Alguien genial que niega serlo.
Han sido nueve meses relativamente buenos. No voy a hablar de todas aquellas peleas en las que ambas nos desvivíamos por hacerlo bien, y volver a ser lo que éramos. Como tú dices, es un enorme círculo sin salida. En el que tú sales más afectada que yo. En el que nos queremos, en el que las peleas son el pan de cada día. Pero para mí cada una de las peleas refuerzan el amor que nos tenemos. 
Porque, sinceramente, no creo que vuelva a ser algo bueno si tú no estás a mi lado, ni siquiera creo que quiera volver a ser algo si tú no estás conmigo. 
Son tantas canciones que me recuerdan a ti, y no sólo nuestras dos canciones. Son todas esas cosas que no hace falta que nadie sepa porque ya las sabemos nosotras, y no hace falta que las sepa nadie más. Es una gran amistad cargada de amor homosexual, con celos a parte. 
Nunca podré agradecerte que me hayas hecho ser como soy, porque sin ti nada de esto hubiese sido posible. Porque te quiero. Porque me he comportado mal contigo, y tú sigues ahí día y noche. Porque no es fácil enamorarse, y tampoco es fácil soportarme. Porque te vuelvo a querer. Y porque jamás habrá nadie como tú.
Hoy, nueve meses después, te doy gracias por aparecer en mi vida.
Y felices dos meses, novia de verdá' mentira. 

Ah, recuerda, princesa: Que no hay una Romea sin una Julieta, y que una Julieta no puede ser sin su Romea.

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