Qué puñetera es la vida, ¿eh?
Siento que juega conmigo como quiere, y yo soy incapaz de hacer nada.
¿Y por qué a mí? No he hecho nada malo.
Tan sólo es que, él no me merece. Pero, aún así...
Tan sólo es que, ella sí me merece. Y, aún así...
Y vas ganando, nena. Por una mayoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario