Y hasta luego.

El otro día, sin venir a cuento, salí un rato a tomar el aire, necesitaba calor, necesitaba la luz solar. Me puse la música, y salí. Pero, es que, no sé qué pasó. Alguien en algún lugar accionó algo, quién sabe qué fue. Pero en aquel momento empecé a sentirme observada, querida, protegida. Nada malo, en absoluto. Y hasta el día de hoy sigo sintiéndome así.
Alguien me susurra tu nombre, y yo vuelvo a recordarte. Alguien me trae tu olor desde Dios sabe dónde. 
¿Qué pasa, eh? No vuelvas, no. 
Hace mucho, o poco, decidí muchas cosas. Decidí mi futuro, y no quería que tú estuvieses en él, ¿entendiste? 
No quiero más melodías bonitas, ni volver a escuchar tu voz susurrándome que me quieres. No. 
Me propuse olvidarte, y eso estoy haciendo. Así que, ahora, vete. Está será la última vuelta que te doy, y, con lágrimas en los ojos te dejaré marchar. Porque, así debió ser desde el principio. 

PD. Sé que volverás, lo sé.

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