Romea y Julieta

¿Romea y Julieta se fueron? No, yo creo que no. Al menos la mitad del equipo permanece, esperando algo que tampoco llegará nunca, pues lo que Julieta siente, no es tanto como lo que siente –o sentía- Romea. Romea mataría por Julieta, sería capaz de hacer la profecía realidad, y trepar hasta los balcones que fuesen necesarios para rescatar a Julieta, y prometerle amor eterno. O incluso Romea haría mucho más que eso por Julieta… Pues Romea dijo que su amor llegaba hasta límites tan insospechados, que ni siquiera los auténticos Romeo y Julieta llegarían a imaginar. Y yo la creo. Pues no puedo hacer otra cosa, al menos no después de todo lo que ha pasado entre Romea, y Julieta. He visto a Romea sufrir, y he sufrido con Julieta. Ninguna de las dos tiene culpa de nada. Pero, claro, ambas saben que por mucho que Romea suplicase, y suplicase, y prometiese amor eterno, Julieta lo cogería, y lo desgarraría como ya hizo anteriormente con ese amor… y después se iría a buscar otros personajes que la hiciesen feliz, aunque supiese la felicidad que dejó pasar. Aunque, bueno, tal vez Julieta deba madurar en esta relación, pero, es que, ¿qué relación? Jamás hubo nada entre ellas, tan sólo una amistad cargada de amor heterosexual que nunca llegaría a ser real. Y Julieta, aquella insensible y tan solicitada adolescente, quiere pedirle las disculpas a Romea que se merece, ojalá nunca la hubiese tratado así, y hubiese aceptado ese amor desde el momento en el que Romea se declaró. Ojalá no hubiese sido tan estúpida, y hubiese tenido compasión por Romea. Julieta se siente mal, y pide a Romea disculpas por todo el mal que le haya podido causar, pues ella no lo pretendía, pero así fue. Julieta quiere a Romea, pero, claro, no de aquella forma, y eso a Romea le duele. Julieta siente eso también. Julieta se disculpa humildemente, esperando así una contestación con una sonrisa de Romea, que sean como siempre, pues Julieta piensa que las cosas buenas como esas, no deberían cambiar nunca. Julieta lamenta haber sido tan egoísta, tan estúpida, tan diva, tan caprichosa, y tan insensible con vos, oh, Romea. Mi Romea. Aunque digas que no, Romea y Julieta no se acabarán, al menos para mí no, nunca, jamás, y ojalá puedas entender tantas cosas, como yo te entiendo a ti, y a tu sentimiento de que es hora de cambiar un poco, los cambios no son malos. Pero, no deben cambiar a mal, y yo sé que tú, no vas a cambiar a mal.

Julieta lo vuelve a sentir. Lo siento.

Sé feliz, ¿vale? Te quiero.

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