De mayo.

Recuerdo aquel día, fue bonito. Desconocía esa parte del amor. 
Pasamos aquella tarde del diecisiete juntos, haciendo tonterías, y comiendo creëpes. Pero, cuando llegó el momento, creí que él debería oír mi corazón de lo fuerte que latía, y me sonrojé mucho. Me dijo "Oye, yo de aquí no voy a irme sin un beso, eh..." y, aunque me costó, acabé besándole. Total, llevaba toda la tarde deseándolo. Y así pasamos el resto de la tarde, besándonos. Hasta que llegó la hora de irme. Yo no quería irme, él no quería que me fuese, pero debía hacerlo.
Y, tras el largo camino hasta mi casa, junto a él, llegamos a mi portal. Le di un beso de despedida, y él me dijo "Bueno, gracias por este genial día." Y le volví a dar otro beso. Él corrió a irse con su skate hacía su casa, aún le quedaba mucho camino. Y yo subí feliz a mi casa. 


Y, hoy en día, yo sigo dando gracias a alguien por aquel día diecisiete de mayo. 

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