Le sigo queriendo, es duro.

Yo qué sé. Ya creo que no sé nada. Y empiezo a tirar la toalla. Aunque no quiera, pues siempre creí que yo sería más fuerte que todo esto. Sé que es difícil, pero no quiero renunciar, al menos aún no. Si hay posibilidades, y sé que las hay, aunque haya una entre un millón, merecerá la pena intentarlo, o, en este caso, intentarlo de nuevo. 
Aunque siga sin querer, empiezo a ceder un poco en este tema. La presión me vence. La cordura empieza a desvanecerse entre tanta locura. Él me gana en todo, pues sólo soy alguien débil. Los pensamientos que antes iban de un tema a otro, ahora sólo se centran en él, y su skate. El amor empieza a no tener sentido sólo porque él no está conmigo. Las tardes pierden su precioso color cuando él no está. Y sus ojos siguen siendo lo más bonito que he visto en mi vida. Mi arrepentimiento está alcanzando niveles muy insospechados, y mi amor por él también. 
Aunque, bueno, tal vez, y sólo tal vez, las cosas volverán a su color inicial, o incluso a uno más bonito. Tal vez todo vuelva a estar como antes, y cada uno esté en su lugar...
O, bueno, tal vez no. 


"Pase lo que pase, hagas lo que hagas, te voy a seguir queriendo... ¿vale?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario