Ya no sé.

Ya no sé ni por qué me doy por aludida con tus estúpidos textos a cerca de personas misteriosas. Ya no sé ni siquiera por qué he de darme por aludida, ni por qué busco constantemente que me vuelvas a decir que estás enamorada de mí. No entiendo por qué sigo haciendo estas tonterías que debieron cesar hace tiempo. Ni por qué tú sigues con alguien si en realidad tú y yo sabemos que no lo quieres. No sé por qué sigo esperando algo, algo importante. No sé por qué espero a que me vuelvas a decir que me amas, para que ambas la volvamos a joder... y nuestras personalidades choquen una vez más.
No quiero eso, y sé que tú tampoco, porque estamos perfectas así. Pero, supongo que, me habré acostumbrado a aquellas estupideces que te hacían tan extremadamente monísima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario